Resumen
Entrevista a Lorena González, realizada para el CIEF por Julieta Daza A. para la sección Mujer y frontera
Como Centro de Investigación y Estudios Fronterizos (CIEF) tuvimos el honor y el gusto de entrevistar a Lorena González, para el tercer número de la revista Apuntes y trochas, titulado „Crisis, movilización social y utopía en Nuestra América“. La entrevista se realizó a finales de enero, 2022.
Lorena González es trabajadora social, con amplia trayectoria en el trabajo social y político juvenil, y de defensa de los derechos de la comunidad Wayuu, de la que hace parte. Hace vida en Maicao y otros municipios de La Guajira. Es fundadora de Miucol, Movimiento Indígenas Unidos de Colombia, que nace en el primer Encuentro de los pueblos originarios del mundo en Caracas, así como emprededora y creadora de la marca de tejidos Einna Akuaipa tejiendo Identidad y Memoria, la cual trabaja con mujeres, adolescentes, y niñxs Wayuu.
Como mujer, Wayuu, activista y defensora de derechos humanos, es una gran conocedora de las realidades de la frontera colombo-venezolana, entre el departamento de La Guajira y el estado Zulia.
Contenido
J.D.: ¿Cómo ves el escenario preelectoral en tu región?
L.G.: El escenario electoral en Colombia ha tomado un rumbo positivo y de esperanza para el pueblo colombiano. En las elecciones a consejos municipales y locales de juventudes (05/12/2021) participaron jóvenes candidatos sin recursos y apoyo, de todos los movimientos alternativos, en función del cumplimiento del deber y derecho al voto. Esto es un gran paso para seguir pensando en una nueva Colombia.
Para el 2022 ya iniciaron las campañas para consultas presidenciales, cámara de representantes y senado. Hoy se juega el futuro y presente de nuestra patria. Se analiza que las fuerzas alternativas tienen buena intención de voto y posibilidad de alcanzar logros a través de sus trabajos sociales y experiencas en gobiernos alternativos como Fuerza Ciudadana en Santa Marta. Juega un papel importante que quien ha sido calificado como mejor gobernador es del Movimiento Fuerza Ciudadana, un movimiento alternativo.
Una encuesta polimétrica realizada por la firma Cifras & Conceptos posiciona a Carlos Caicedo, gobernador del Magdalena y Virna Johnson, alcaldesa de Santa Marta, como los mandatarios territoriales con mayor favorabilidad en Colombia. Ambos del mismo movimiento político. Caicedo sobresale con un 75 % de favorabilidad por encima de gobernadores de departamentos de mayor presupuesto o apoyo por parte del Gobierno nacional, como: Elsa Noguera, de Atlántico, con 72 %; Luis Suárez, de Antioquia con 65 %; Mauricio Águilar, de Santander, con 53 %; y Clara Luz Roldán, de Valle del Cauca, quien sacó apenas 46 %.
Por otro lado, „los de siempre“, hace apenas tres semanas iniciaron su campaña; tarde porque no necesitan hacer campaña desde un año antes como otros candidatos que así lo han realizado. Ellos disponen de la parte económica para sobornar y aprovechar la necesidad del pueblo. Aun con todo lo que Colombia vivió en 2021, en muchos no se ha creado conciencia social, y esto es lo que nos mata como sociedad, no tener dignidad.
J.D.: ¿Qué problemáticas identificas tú sufren actualmente las y los habitantes de la frontera, especialmente en La Guajira, y especialmente las comunidades Wayuu?
L.G.: Como pueblo Wayuu históricamente somos una gran nación, y para nuestro pueblo no existen fronteras. Sin embargo una línea imaginaria es la que nos divide y es la que afecta desde hace tiempo. Con el bloqueo que hay a Venezuela, y la restricción de acceso a Venezuela para los ciudadanos del país vecino, hoy esa frontera es visible y tangible.
Entre las problemáticas concretas hay inseguridad y grupos armados en las trochas. Se siente desconfianza hacia la Guardia Nacional en los puntos de alcabala; se cobra cuotas por cada paso de productos de comerciantes provenientes de Colombia, que entran al país vecino Venezuela. Y a la vez hacia la Policía Nacional de Colombia por decomisar productos provenientes de Venezuela. Hay desempleo, y personas en situación de calle. Y muchos se ven en la necesidad de buscar la manera de sobrevivir con ventas ambulantes.
Estas situaciones no pueden ser normalizadas, pero la verdad que estas prácticas afectan desde hace muchas décadas a la realidad de nuestros antepasados. Hoy todo esto se mantiene vigente y nada pasa. Pero las fuerzas públicas de ambos países están para proteger y resguardar, no para vulnerar los derechos humanos.
J.D.: ¿Qué políticas públicas piensas que son necesarias hoy para el territorio de la frontera y sus comunidades, y que por lo tanto deberían ser implementadas por el nuevo gobierno colombiano? Y qué papel deberían jugar las organizaciones de base de las comunidades fronterizas en un proceso para mejorar sus condiciones de vida?
L.G.: Las políticas públicas que debería implementar el Gobierno de Colombia, deberían estar dirigidas a los temas de seguridad, salud, empleabilidad. Y antes de crearlas deben ser realizadas consultas en el territorio, para luego construirlas de la mano del pueblo, desde su concepción, incluyendo usos y costumbres. Se debe trabajar desde los territorios y con las familias Wayuu para que esas políticas públicas y sociales sean con enfoque Wayuu, para que se vean representados, protejidos y defendidos sus derechos.
En el tema del trabajo en Colombia, con estos gobiernos nefastos, cada día hay un desmejoramiento en la calidad del empleo, en relación con el salario; aumento del IVA, propuestas de reforma tributaria en tiempos de crisis… Resulta indgino vivir en un país como Colombia, donde no hay oportunidad para emprender, estudiar y un buen empleo con salario justo. Esto es deplorable.
Debido a lo anterior ha aumentado la inseguridad, como los robos, sicariato con origen colombiano y del vecino país Venezuela, incremento en trabajos informales en el municipio de Maicao. Niños en situación de calle como vendedores ambulantes. Algunas organizaciones como Save the children han atendido a niños pertenecientes a población migrante, de la mano con el ICBF (Instituto Colombiano de Bienestar Familiar). De esta manera las diferentes organizaciones extranjeras han brindado ayudas a familias retornadas e inmigrantes para beneficiarlos a través de programas sociales, con acompañamiento de profesionales interdisciplinarios. Pero esto no ha sido suficiente, porque no abarca a toda la población afectada.
El papel fundamental de las organizaciones sociales debe ser, desde la imparcialidad, sin importar el tinte político, brindar asesorías, acompañamientos, gestionar en función de la población de niños, madres, mujeres, adultos mayores, juventud, en situación vulnerable.
Se debe ser equitativo en las ayudas humanitarias, despolitizar las ayudas sociales y humanitarias de las ONGs. Por parte de los gobiernos de turno en los municipios fronterizos de Colombia apoyar y visibilizar los trabajos de los pequeños emprendedores desde cualquier ámbito, como en el arte, cultura, ambiental, social.
Crear espacios de formación y fortalecimiento en los usos y costumbres Wayuu a través de cortometrajes, y cine en general, encuentros de cuenteros, de chistes, y narraciones para niños y para la juventud, en homenaje a la resistencia indígena especialmente del pueblo Wayuu, tejer la hermandad entre ambas naciones, que somos un solo pueblo.
Así se contribuye a la educación a través de la interculturalidad bilingüe, y a la educación propia del pueblo Wayuu, para poder resaltar los valores y principios; abarcar el tema de salud propia, seguridad propia, a través del sistema normativo Wayuu, que concierne nuestra organización social como ser Wayuu, como vivimos y pensamos como Wayuu en el territorio.
Tener en cuenta nuestra economía propia en respeto a la madre tierra y la espiritualidad. Para personas ajenas a nuestra cosmovisión no hay importancia en eso, pero es sagrada para nosotros como pueblos originarios. Se debe promover el respeto al derecho al territorio, creando conciencia social y visibilizando los hechos en las rancherías y barrios de la zona fronteriza.
Cabe resaltar en ese sentido la labor de la RED DE COMUNICACIONES DEL PEUBLO WAYUU PUTCHIMAAJANA, que es un ejemplo en generar un espacio de concertación y consulta, que contribuya al fortalecimiento colectivo y a la defensa y promoción de la comunicación indígena. Han estado observando y acompañando todo el proceso de la migración en La Guajira, especialmente con el pueblo Wayuu. Para esta entrevista me apoyó Ronald Fernández de Paraguachón, comunicador social miembro de red.
J.D.: ¿Cómo se percibió desde el lado colombiano de la frontera las pasadas elecciones regionales en Venezuela?
L.G.: Se percibió de manera positiva. Ganó en la gobernación del Zulia alguien que no es del gobierno, sino opositor, porque hay personas que creen en él y tienen esperanza de que puede hacer mejor trabajo que el anterior gobierno. Eso demuestra que hay democracia.
Otros no creen que vaya a haber mejoría. Igual en Venezuela a nivel nacional se logró un importante respaldo al Gobierno actual, lo cual es positivo. Son mayoría en el territorio; lo que no se logró en La Guajira venezolana se logra en otras regiones del país, incluyendo su epicentro, pero sí hay políticas que se deben mejorar. Se debe crear las políticas de la mano del pueblo, hay que dar ejemplo de gobierno para mantener la credibilidad en nuestra lucha social y política.
J.D.: Hace poco se denunció la entrega por parte de Estados Unidos de hasta ahora 20 tanques de guerra al ejército de Colombia. La entrega se dio precisamente en Buenavista, La Guajira. Se argumenta que estos deben servir para fortalecer la seguridad en la frontera. Sin embargo también se ha podido oír voces críticas que denuncian que ésto no contribuye con la soberanía nacional y regional, y que por el contrario probablemente tenga como objetivo real el proteger nuevos proyectos enérgeticos en La Guajira como los parques eólicos. ¿Cuál es tu opinión al respecto?
L.G.: Como mujer, Wayuu, defensora de los derechos humanos y observadora de las pre consultas y consultas que se están desarrollando en territorio por parte del Gobierno nacional y gobiernos locales, puedo decir que no hay voluntad política para frenar, o al menos exigir un buen funcionamiento en las negociaciones de la empresa y la comunidad afectada, que lleven a una compensación social o indemnización. Esto es una de las exigencias del pueblo Wayuu. Se ha hecho denuncias en relación con muchas empresas que están ejecutando en territorio el proceso de proyectos de energía eólica, lo cual ha generado vulneración de los derechos humanos. Se ha acelerado procesos de consulta previa, sin cumplir con los protocolos de términos y condiciones, cerrando consultas previas sin cumplimiento de los acuerdos producto de la negociación durante la consulta. El Gobierno hace caso omiso frente a informes de INDEPAZ, institución de estudios para el desarrollo y la paz en Colombia, en los cuales se ha especificado los impactos negativos, incluyendo afectaciones de por vida, como el impacto visual y paisajístico, siendo hoy una importante atracción para el foráneo y el turista ver por toda la Troncal del Caribe los trupillos y cactus.
Ahora será una telaraña de cableados de torres de alto voltaje, instaladas cada 500 metros en toda La Guajira. El territorio es sagrado para el Wayuu, es nuestra madre tierra, mma. Nuestros aseyu (espíritus) se desplazan, ya no hay quien nos protejan de todo peligro. Se ha realizado encuentros de líderes sociales, organizaciones sociales de indígenas, autoridades, estudiantes de las universidades públicas y privadas, para compartir experiencias sobre las afectaciones de los proyectos de parques eólicos en comunidades indígenas o campesinas en México. A esto nos asemejamos en toda su particularidad, respecto de la diversidad cultural, la lucha por la tierra, los despojos y desplazamientos por intervenciones de proyectos con resultados negativos. Esto es gestión de INDEPAZ. No ha pasado nada frente a dichos informes. No hay respuesta a favor del pueblo Wayuu. Al contrario, el Gobierno permite la entrada de veinte tanques de guerra en La Guajira. ¿Para qué? es mi pregunta. La Guajira sí necesita seguridad, pero que sea construida por el pueblo, que se garantice la vida. La Guajira necesita más inversión en salud pública con enfoque Wayuu. Salud propia, educación, oportunidades, generar empleo para los guajiros. En La Guajira hay jóvenes investigadores en la Universidad de La Guajira en todas las áreas, que han sido reconocidos por revistas científicas. Pero las empresas que desarrollan los proyectos traen a sus equipos profesionales. Mientras tanto en La Guajira hay un incremento de profesionales en desempleo. Los contratos son acaparados por los mismos dueños de las empresas con operadores a su favor. Se han realizado movilizaciones, como vías de hecho en exigencia de participar. ¿Es justo esto? No, es indignante para el pueblo Wayuu protestar para exigir participación en su propio territorio.