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“Se toparon los vaqueros,
muertos de sol los caballos:
-Hermano, ¡ah tierra bien sola!
-Ah vida bien dura, hermano!”
Alberto Arvelo Torrealba
En su Manifiesto de la Transdisciplinariedad (2009) Nicolescu se plantea si todo ´el diálogo científico de la humanidad en nuestro tiempo, sería como la construcción de una Torre de Babel´. En el campo del conocimiento la unicidad de los diálogos y saberes multiculturales fue condenada por el cientificismo y el positivismo, ahora las corporaciones hegemónicas insisten en fraccionar los pueblos no sólo con el neocolonialismo cultural y genocida, sino también con muros y trazados que permitan el control del territorio y las personas en esa franja yugular del sincolombismo Mirandino; la ruta que conecta a Colombia y Venezuela: la pasión y el sueño de Simón Bolívar, infinitamente cultivada por abuelos y nietos que van trochando y cantando en la frontera más dinámica del hemisferio. Gracias al vigoroso entendimiento multicultural que, en la ciencia, la filosofía, la tecnología y la sociedad, protagonizan los sujetos reivindicados por Husserl y Habermas, a partir de su resistencia andante y creadora, los migrantes colombo-venezolanos logran transgredir los límites disciplinares y geográficos que nos obliga a abordar todo movimiento humano más allá de los datos económicos y demográficos, con miradas fenomenológicas, culturales y espirituales sobre el intercambio musical, artesanal y literario que ocurre entre el Arauca, el Apure, Catatumbo y San Antonio.
Hace treinta años los aportes de la cibernética, la neurociencia y el pensamiento complejo, abrieron esa ruta hacia una “torre de babel”, no contra Dios, sino contra el oscurantismo positivista. Esas “energías infinitas e inacabables”, reconocidas por Stephen Hawkins en décadas recientes como parte fundamental del esfuerzo humano por hacer cultura y medio ambiente, desde la fenomenología derrumbaron las fronteras cientificistas, que pretendían ridiculizar las afirmaciones que en los años 80 y 90 ya adelantaban investigadores, sociólogos y artistas en la Universidad “Ezequiel Zamora” UNELLEZ, sobre los Petroglifos de Bum-Bum en Barinas. Decía Efraín Arteaga, entonces estudiante de sociología de la UNELLEZ, en sus numerosas conferencias y ensayos que “ese tramo de Santa Bárbara de Barinas a Pedraza estaba colmado de testimonio rupestre, en petroglifos, calzadas y artesanía, sobre la existencia de un ´Axis Mundi´ entre Colombia y Venezuela… Una yugular cultural de los ancestros Caribes, Muiscas e Incas que presenciaron el origen de América”. Las exploraciones innumerables que realizó Arteaga, junto al Comité Indio de Barinas, han sido reforzada por los trabajos sociológicos de investigadores de la UNELLEZ como Yarisma Unda y Nelson Montiel, quienes nos acercan aun más a la riqueza testimonial del arte rupestre en el piedemonte que conecta a Colombia con Venezuela, no sólo como tramo económico, sino cultural, simbólico y espiritual.
En esta primera entrega de Trochando y Cantando dejamos claro el basamento filosófico que nos guiará a lo largo de las reflexiones que, seguramente, irán consolidando una observación participativa y testimonial de la ruta migrante binacional, marcada por las fuerzas indo africanas y el ideario bolivariano; poderosas dimensiones de esta tierra y estos hombres y mujeres sometidos a su vez al neocolonialismo y el genocidio, el despojo y la pobreza que conocemos y combatimos. De lo más cruel siempre queda una memoria política, manifiesta en la denuncia de los opresores, los oligarcas y señores feudales, los grupos de extermino y las transnacionales, así como una memoria sublime, igual de ancestral y bolivariana, como por ejemplo aquella matanza de pescadores en el Amparo, que no fue sino uno de tantos falsos positivos con los cuales las primeras “contratistas” norteamericanas, emplazadas como paramilitares en Colombia y Venezuela, mostraban su “eficiencia” al Departamento de Estado que comenzaba a buscar alternativas de “hombres en tierra”, sin uniformados norteamericanos. Esa masacre cobarde está grabada en la memoria fronteriza de muchas formas, una de ellas en un canto compuesto por estudiantes apureños que sigue siendo interpretado en las facultades de la Universidad de los Andes y los Llanos.
Nos corresponde reflexionar sobre movimientos transfronterizos con siglos de historia. Desde los tiempos cuando no existían las fronteras entre las numerosas naciones Timots, Arawaks, Muiscas e Incas. Siglos de huellas culturales y espirituales; desde la cosmogonía amerindia grabada en las piedras, los vestigios de los grandes asentamientos Caribes, pasando por la ruta de los Libertadores, luego de los campesinos engañados por una oligarquía que los obligó a interminables guerras, hasta las cercanas migraciones de colombianas y colombianos huyendo del exterminio y el desplazamiento de venezolanas y venezolanos en busca de alternativas económicas ante la cruel guerra contra el bolívar. Ahora se añade la crisis civilizatoria marcada por pandemia del coronavirus que agudiza la debacle económica, pobreza y tensiones entre los polos de poder hegemónico y estallidos sociales de todo un continente que exige respeto a la dignidad afroamericana, a los migrantes, las diversidades y la vida de los luchadores sociales.
Como advierte Bruno Latour, la comprensión de los “bucles” experimentados en toda dimensión social posibilita responder a los estancamientos evidenciados en la ciencia moderna ante el colapso de sus grandes relatos y el desvanecimiento de su causalidad empecinada y monótona. Es así como valoramos las “incertidumbres bio-antropológicas”, de Morín, especialmente marcadas por el pensamiento del sur con los aportes de Rigoberto Lanz, Maturana y Ludovico Silva, a quien reconozco como un pionero de esta postura determinante de la liberación decolonial. En su Introducción al Pensamiento Complejo (2001) Edgar Morín nos esclarece, citando a Pakman (1994), sobre “la búsqueda de estrategias viables para un pensar complejo físico-bio-antropológico desde una perspectiva científico-filosófica-literaria que permita una praxis ética en el conocimiento y la sociedad” (p 37).
En tal sentido, Trochando y Cantando pretende comprender la movilidad fronteriza, superando el empeño simplificador positivista, para sentir ese conocimiento cultural, sublime y recreador de la humanidad, que tejen las dinámicas de migrantes y pobladores estremecidos por las guerras, las dictaduras corporativas, el exterminio de líderes sociales, el despojo de tierras a campesinos y pueblos originarios, en fin una neo colonización cada vez más brutal y sistemática que obliga a miles y miles transitar de una nación a otra, con toda su carga de sufrimientos, pero también de cultura, arte e identidades.
Es importante aclarar que la complejidad no es dominio “exclusivo” de la ciencia; también viene imbricada en la literatura, en la reivindicación de saberes orientales e indoamericanos, en filosofía hinduista, como lo han reconocido Walter Riso y Capra; en la novela del siglo XIX y comienzos del XX, como la postura de Cortázar sobre “lo bien que el azar hace las cosas”, todo ello –explica el mismo Morín- indica que no es solamente la sociedad la que es compleja, sino cada átomo del mundo humano, como el que nutrirá éste aporte para Apuntes y Trochas: el canto, la literatura, el cultivo artístico a lo largo de la frontera Colombovenezolana.
Literatura e Inteligencia
Ciencia y Filosofía en un sentido dialéctico hegeliano, comprenden también la totalidad de lo humano. En la literatura, como hemos hecho referencia, las complejidades humanas son expuestas intensamente; Dostoievski y el tránsito por la historia con el protagonismo de sus interacciones más que del tiempo, la reivindicación del azar por Cortázar y la admisión del otro y otras dimensiones en el teatro venezolano, así como la narrativa del realismo mágico. Bastaría con referirnos a Gabriel García Márquez, Rómulo Gallegos, sin dejar por fuera los poetas nativistas, copleros y copleras del llano binacional, todas y todos sensibles a la rudeza, el peligro, lo apasionante y sublime de el incesante paso por las trochas, el intercambio de mercancías e ideas fantásticas, que no es sino el leve “olor de la guayaba verde”, las cosas cotidianas en las trochas, a veces detenidas cien años sin dejar de ir y venir los mismos sufrimientos y amores; la tierra, la familia, las costumbres, los recuerdos.
Si una zona del planeta tiene coraje para enfrentar condiciones “anormales”, como las que nos presenta la pandemia del Coronavirus, es la frontera Colombovenezolana; lo que tanto espabila a científicos y políticos de todo el mundo, entre San Cristóbal y Cúcuta, Guasdualito y Arauca es “pandemia” de todo el siglo: virus, pobreza, confinamiento, separación de los seres queridos, imposibilidad de velar sus difuntos, de encontrar sus desaparecidos, de develar los falsos positivos; las restricciones de tránsito, de trabajo, de identidad y por sobre todas esa pandemia de abusos de poder y explotación, los hombres y mujeres van “trochando y cantando”, llevando sus dolores y su canto, viviendo la magia y la realidad de sobrevivir.
También en la copla y la métrica está registrada esa movilidad resistente y luminosa, como lo encontramos en la Antología Poética de Alberto Arvelo Torrealba (Monte Ávila Editores 2004) que nos presenta un registro literario de los encuentros intensos y desafiantes entre migrantes de diversos pueblos; en el prólogo a la Antología de Alberto Arvelo, Ángel Eduardo Acevedo, identifica claramente los diversos personajes que transitan esos mundos sin límites ni fronteras político administrativas: una sola bruma extendida, a veces de llano solitario, otras de sabanas inundadas, siempre de vaquerías, vaqueros, gauchos, indios, africanos, paisas, aventureros y arrieros. Acevedo caracteriza tres grados de prevalencia en la obra de Alberto Arvelo que, como hemos dicho, abarca un mismo llano; llamado pampa también, una sola tierra cruzada en todas direcciones por:
La Mujer (o las mujeres que prevalecen como lo sublime, dulce y hermoso de ese transitar)
“Yo bebí sumo ardiente,
campo de bravo cañedo,
tierra del ansia y no puedo,
ruta de adiós y quién sabe”
La Llanura (como mágico escenario sin límites político territoriales y espeso desafío para gauchos y llaneros)
“Aquí estuvo el hato, padre,
que nos dio sombra otro tiempo;
en este alambre caído,
se me enredaron los sueños”
Guayabo y Lejura (cual eterno motivo, persistente sentimiento del que deja la tierra y la carga en el pecho, el pensamiento y el canto)
“Yo anduve con suerte triste,
me la puso triste el llano:
entre mi vida y tus ojos
las llanuras de San Carlos”
Más Allá de lo Biológico
Mucha atención demanda lo biológico en esta situación de pandemia. Numerosas especulaciones, desde las posturas más influyentes se han concentrado en la cadena genética del nuevo coronavirus que desafía a la civilización humana. Con toda razón lo biológico es fundamental en esta encrucijada, volviendo a sus altos niveles de importancia, lo que Núñez Jover (2004) viene analizando insistentemente: “el nuevo orden” con la regulación de homeostasis y el desorden, el caos que se vuelve libertad. En realidad “La información debe ser definida de manera físico-bioantropológica”, como explica Morín (p34). A partir de esta lectura, la información es una dinámica de los organismos vivos, entonces la coyuntura de pandemia que pesa el doble en las zonas fronterizas, más que un diagnóstico “biológico”, requiere la mirada antropológica en todas las dimensiones.
Ahora bien, en el primer número de Apuntes y Trochas (2020), Jorge Alexander Forero Coronel advierte que la Pandemia del Covid19 implica:
“Un nuevo escenario de la crisis; la irrupción a escala global de la pandemia (…) configuró un nuevo escenario, o más bien una nueva ruptura de los procesos metabólicos del sistema de relaciones de la frontera colombo-venezolana, en razón de que precipitó un nuevo cierre del tránsito fronterizo.”(Pág. 42)
Esta claridad de Forero Coronel es parte de un análisis brillante de la coyuntura fronteriza en estos momentos de tensión específica, donde una vez más el Estado colombiano insiste en atacar la economía venezolana e incluso a los transeúntes que se apresuran a retornar a Venezuela, ante la discriminación y la desatención sanitaria en Colombia. Ese “nuevo escenario de ruptura”, que a la ACNUR le resulta indiferente, que es un negocio para los políticos golpistas de Venezuela y sus socios colombianos, quienes reciben millones de dólares para la ayuda humanitaria, que termina en los bolsillos de la oligarquía, se traduce, como hemos afirmado, en mayor presión contra los más vulnerables: contra las y los venezolanos que intentan retornar a su patria y contra los colombianos que se ven atraídos por la “libertad de comprar productos en Colombia”, pero la imposibilidad de ser ciudadanos dignos, mucho menos de tener una postura social sobresaliente porque pende sobre ellos la pena de exterminio sistemático. Este complejo escenario no es más que un perverso sistema de dominio social, de inteligencia artificial, como la caracteriza Vélez (2019) en su “modelación y ensayos de sociedades artificiales”. Mientras del lado venezolano se abren las posibilidades y garantías humanas, sin distinción ni exclusión de nacionalidades, para acceder al derecho a la salud, la educación, la vivienda y la identidad multicultural, las corporaciones del Estado colombiano programan comportamientos emergentes para someter toda la franja poblacional fronteriza a la suerte de las dádivas de una “economía libre y pujante”, pero sin derechos humanos. Esto obliga a estudiar la realidad desde diversas perspectivas bio-socio-antropológicas e intersubjetivas que permita a los sujetos, las comunidades, los pueblos y diversidades participar de sus nuevas y originales formas de organización y recreación cultural ante los escenarios de exterminio y modelación artificial que ponen en marcha las dictaduras corporativas en la “nueva normalidad”.
En esta primera entrega se ha presentado la postura filosófica de Trochando y Cantando, reivindicando la ruta fenomenológica y hermenéutica para acercarnos a la participación de los sujetos que nos ayudarán a recopilar las experiencias de numerosos migrantes, transeúntes y habitantes de la frontera más intensa y compleja de nuestro hemisferio, donde confluyen todas las culturas amerindias y africanas registradas en piedras, calzadas, artesanías y cantos, que se unieron al sentir bolivariano y que ahora, como saber colectivo, sigue presente en la lucha, la resistencia social, campesina o urbana, armada o desarmada, pero en todas esas formas de combate, sigue presente la poesía, el canto, el baile, como escudo cultural en defensa de la vida, de lo humano.
A lo largo de nuestros encuentros en Apuntes y Trochas, compartiremos esos cultivos sublimes de quienes viven, sufren y cantan cruzando llanos, selvas y cordilleras, hasta la actual coyuntura que desafía la civilización humana. El 2021 es el año de la Utopía, una utopía que Ludovico Silva visualizó claramente hace tres décadas: “el diseño de una sociedad socialista, en la que el individuo, no presionado ya por los tres factores de alienación, y desaparecidas las contraposiciones de clases, podrá alcanzar el desarrollo universal; sus plenas capacidades y energía para enfrentar la, inevitable, especialización de las ciencias y las artes, asumiendo la postura de totalidad” (Fundarte 1986).
No hay otra forma de culminar la presentación de Trochando y Cantando, si no con las coplas de Alberto Arvelo, autor de Florentino y el Diablo, quien recoge en sus versos la utopía de los hombres y mujeres que aran la frontera colombo-venezolana con su canto:
Allá va un encobijado
por el peladal pampero
así se va mi esperanza
sin ti por el alma adentro.
Llanos y llanos y llanos
crucé por ir a tu olvido
y tras tanto caminar
llegué a “te quiero lo mismo”.
Sin ti por el alma adentro
me acordé de cuando iba
por la llanura lloviendo.
Citas
Arvelo, Alberto. (2004) Antología Poética, Monte Ávila Editores, Caracas.
Capra, F. (1998). La Trama de la Vida. Una Nueva Perspectiva de los Sistemas Vivos. Anagrama, Barcelona.
Morín, E. (2008) Complejidad Restringida. Biblioteca Virtual Participativa de la Complejidad PDF.
Nicolescu, B. (2002) Manifiesto of Transdisciplinarity. State University of New York. PDF.
Silva, Ludovico. (2014) La Interpretación Femenina de la Historia y Otros Ensayos, Fundarte, Caracas.