1. La nueva época de la crisis en la frontera colombo-venezolana
Los hechos de violencia cruenta acontecidos en agosto de 2015, en el Puente Internacional Simón Bolívar -que interconecta a las localidades de Villa del Rosario y San Antonio del Táchira-, en los cuales resultaron asesinados oficiales y suboficiales de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana de Venezuela, además de motivar el decreto de cierre de la movilidad transfronteriza por parte del gobierno de Venezuela1, marcaron un nuevo hito e inauguraron una nueva época de la crisis en la frontera colombo-venezolana.
En primer lugar, porque desencadenaron un nuevo ciclo de conflictividad e inestabilidad en las relaciones binacionales, con lo cual se produjo una ruptura drástica de los sistemas de relaciones de las regiones fronterizas binacionales instauradas durante los últimos 150 años2 (Rangel, 2006), cuyos impactos en materia económica y política han reconfigurado en forma y contenido la funcionalidad de este enclave de intercambio y acumulación de capital, y han alterado los modos y medios de vida de la población de estos espacios fronterizos.
Imagen Nº 1: Sistema multimodal de vías: depresión del Táchira- cuenca del Lago de Maracaibo.
Fuente: Ramírez (2016)
En segundo lugar, porque los intereses económicos y geopolíticos subyacentes a ese hecho violento, con gran protagonismo en la política exterior estadounidense, y particularmente, a esas pugnas por el control y usufructo de los flujos de capital que se producen en este espacio fronterizo, han determinado la exacerbación de las hostilidades en las relaciones diplomáticas binacionales hasta cotas insostenibles, tales como: la promoción de hechos de violencia como los sucedidos en febrero de 2019; la normalización de los cierres o restricciones de la movilidad humana transfronteriza y de medidas de excepción regionalizadas; la ruptura absoluta de relaciones entre ambos gobiernos y el retiro de servicios consulares; por mencionar las medidas más tremendistas.
En tercer lugar, porque expresaron una realidad que parecía subterránea hasta ese entonces: la combinación de una situación de déficit institucional y debilidad de los poderes estatales en las regiones fronterizas colombo-venezolanas, con el desbordamiento de la presencia, influencia y acción multidimensional de fuerzas irregulares sobre esos espacios, enmarcados en el desarrollo de procesos de territorialización del conflicto social, político y armado de Colombia sobre los nodos locales de intercambio adyacentes a la linealidad fronteriza, y su avanzada hacia territorio venezolano en su fase de internacionalización.
Sin embargo, la valoración de cambios cualitativos y cuantitativos en el metabolismo del sistema de relaciones de la frontera colombo-venezolana, debe examinar las repercusiones de otro hecho nodal en la crisis objeto de análisis. Se trata de los hechos del 23 de febrero de 2019, los cuales significaron un nuevo quiebre en el sistema de relaciones fronterizo. La denominada Batalla de los Puentes (febrero de 2019)3, entendida como el producto de la agudización de las contradicciones esenciales emergentes desde 2015, y enmarcada en un escenario de tensiones de amplio espectro, dadas por el anuncio de ingreso forzoso de una caravana de presunta ayuda humanitaria al territorio venezolano, por parte de un gobierno autoproclamado en Venezuela con el apoyo explícito del gobierno de los Estados Unidos y de los gobiernos integrados en el Grupo de Lima, escenario aderezado por un evento de gran envergadura de la industria cultural hegemónica.
Asimismo, otro hito importante, está relacionado con las nuevas medidas de excepción dadas ante la irrupción de la pandemia del COVID-19 a escala global, que significaron un nuevo cierre abrupto de la movilidad humana transfronteriza por los pasos de tránsito legal, y por tanto, de nuevas restricciones económicas para las regiones fronterizas4. No obstante, este último hito no será analizado en el presente trabajo, porque aún no hay datos o elementos de juicio suficientes para proyectar sus implicaciones en una lectura global e integral.
2. Carácter histórico y determinaciones sistémicas de la crisis
La crisis de la frontera colombo-venezolana tiene profundas determinaciones sociales. A pesar de la escala y la intensidad de los flujos económicos y los procesos de acumulación de capital que se han producido en las regiones fronterizas colombo-venezolanas, éstas últimas son objeto de una carga histórica de marginación estructural por parte de los poderes estatales. No es casual que en las localidades fronterizas, incluso en ciudades importantes como Cúcuta y San Cristóbal, se concentren tradicionalmente altas tasas de pobreza, desempleo e informalidad (Ortega, 2014), así como una precaria presencia institucional que redunda en la ausencia de garantías y derechos fundamentales para la población (Forero, 2020).
A tal cuadro, hay que agregarle que durante las últimas décadas, estas regiones han funcionado como enclaves para las economías ilegales, extraordinariamente lucrativas por cierto. Tráfico de narcóticos y armas, trata de seres humanos, legislaciones flexibles y vulnerables para la legitimación de capitales, un mercado ilegal de combustibles de gran escala, cobros de tributos por parte de grupos irregulares, entre otras prácticas criminales, integran todo un corolario de actividades ilícitas que por acción u omisión han tendido a ser toleradas y normalizadas por los poderes estatales (Ávila, 2012).
La acumulación de capital derivada de estas economías ilegales, es uno de los factores clave para comprender las raíces de la violencia cruenta y exclusión que se han localizado sobre estas regiones fronterizas en las últimas décadas, cuya profundización tiene una relación directamente proporcional con la integración de subregiones fronterizas (como las del Catatumbo o el Perijá, por mencionar las más notables) a las cadenas globales de valor de la cocaína, y de manera simultánea -tampoco es una casualidad-, con la internacionalización del conflicto colombiano (Progresar, 2018).
3. Esbozo de impactos de la crisis fronteriza colombo-venezolana
En el presente apartado, se expone un esbozo general de los impactos económicos y políticos de la crisis fronteriza colombo-venezolana, con énfasis en el nodo de intercambio Táchira-Norte de Santander5, valorado como prioritario por ser el nodo de intercambio más intensivo y de mayor escala, a partir del reconocimiento de que desde el primer momento de la nueva época -el último cuatrimestre de 2015-, se registraron impactos sobre actividades medulares del metabolismo del sistema de relaciones binacionales. Tanto en lo económico, como en lo político. El análisis de dichos impactos se realizará desde una perspectiva global e integradora.
3.1 Impactos económicos
Desde el primer momento del cierre de la movilidad transfronteriza de agosto de 2019 se produjeron impactos significativos sobre las relaciones económicas binacionales. Un indicador de esta circunstancia, se encuentra en la reducción estrepitosa del intercambio comercial formal entre ambos países, el cual experimentó una caída del 38% al comparar los primeros nueve meses de 2015 respecto a los datos registrados en ese mismo periodo de 2016 (Belandria, 2016).
La tendencia de recesión en el intercambio comercial se ha profundizado. Según el DANE, citado por la Cámara de Comercio de Cúcuta (2019): los datos del periodo 2015- 2019 muestran que se produjo un descenso vertiginoso de ese ítem, desde 1.3 miles de millones de dólares en 2015, hasta 0,79 miles de millones de dólares en 2016, y 0,13 miles de millones de dólares en 2019, lo que representa una reducción del 42% para 2016, y superior al 90% para 2019.
No obstante, es necesario subrayar que el descenso de las relaciones comerciales formales entre los dos países tampoco es un hecho novedoso o inédito, ya que éstas venían en un franco deterioro desde 2008, cuando transitaron desde los 7.289 millones de dólares, hasta los 4613 millones de dólares en 2009 y los 1728 millones de dólares en 2010 (este último, el punto más bajo del intercambio comercial formal binacional, antes del hito de 2015), lo que significa una reducción proporcional del 36,7% y el 76,3% respectivamente (Ortega, 2016).
De acuerdo con lo expuesto, desde el punto de vista general, se puede afirmar que la crisis fronteriza acentuada en el periodo 2015-2019, exacerbó la tendencia decreciente en la magnitud de las relaciones comerciales binacionales precedente desde 2008. La contracción del intercambio económico formal en la frontera como dato macroeconómico, ha determinado una caída abrupta en actividades sustantivas para la economía de las regiones fronterizas, las cuales también han sufrido notables impactos en ambos países.
Grafica N.º 1: Variación interanual del comercio binacional 2008-2014
Fuente: Ortega (2016): Dirección de Planificación y Desarrollo de la Gobernación del estado Táchira.
Por ejemplo, según el documento precitado de la Cámara de Comercio de Cúcuta, la industria del carbón en el departamento del Norte de Santander, ha registrado pérdidas de hasta 3,8 millones de dólares entre septiembre de 2015 y septiembre de 2019, y de manera simultánea, ha afectado la fuente de ingresos económicos de al menos 2000 transportistas del estado Táchira. Mientras que la industria de la cerámica en dicho departamento colombiano, ha presentado pérdidas que alcanzan los 53,5 millones de dólares en el mismo periodo, también con implicaciones negativas para el comercio de ese producto en Venezuela, así como servicios de aduana-y almacenamiento (en San Antonio del Táchira y Ureña se perdieron al menos 8000 empleos6 ante el cierre de la movilidad transfronteriza), transporte, y acceso a instalaciones portuarias.
El impacto económico en el corto plazo fue especialmente severo para el departamento Norte de Santander, la comparación entre el comportamiento de las actividades económicas en septiembre de 2014 y de 2015, demuestra una contracción de las actividades comerciales y de servicios (reducidas en un 35%), y un descenso abrupto de sus exportaciones totales, y con ello de sus ingresos en divisas, las cuales se desplomaron desde 26,13 millones de dólares hasta los 8,01 millones de dólares en esa valoración interanual. En el caso particular de las exportaciones de Norte de Santander a Venezuela para el mismo referente temporal, el descenso es más drástico, ya que cayó desde 5,5 millones de dólares en septiembre de 2014, hasta 0,36 millones dólares en septiembre de 2015 (Cámara de Comercio de Cúcuta, 2015).
Las consecuencias de la crisis para la economía de Norte de Santander son especialmente lesivas, porque la integración de ese departamento al mercado internacional -en consonancia con la racionalidad de región económica binacional- se ha realizado históricamente a través de la depresión del Táchira y del Lago de Maracaibo. De igual manera, esta nueva época de la crisis fronteriza ha significado una depresión muy grave para la plataforma que se constituyó en el sur occidente venezolano para corresponder con la demanda de servicios mencionada en el párrafo anterior. El tejido económico de las regiones fronterizas colombo-venezolanas, está diseñado para el intercambio económico binacional como medio para contrarrestar la tendencia hacia la desintegración y el aislamiento instauradas por la lógica centralista y de economía de puertos (con subordinación y dependencia a mercados metropolitanos) que ha dominado históricamente al metabolismo de las formaciones económico-sociales de Colombia y Venezuela.
Tal circunstancia ha redundado en que la drástica y descomunal contracción del intercambio económico binacional tenga efectos devastadores sobre la economía de las localidades de las regiones fronterizas. De acuerdo con vocerías de la Cámara de Comercio de Cúcuta (2019), "el 95% del tejido empresarial de Cúcuta, Ocaña y Pamplona se dedica al suministro y comercio de bienes al mayor y al detal” para la población venezolana7.
Por su parte, el gremio patronal venezolano Fedecámaras, estimó en septiembre de 2015, que el cierre fronterizo, estaba generando pérdidas superiores a los 4 millones de dólares por día, el 75% de esa cifra por el nodo Táchira- Norte de Santander, y aseveró que para 2015, “cerca del 15% de los productos y materias primas que ingresan al país lo hacen a través de la frontera colombo-venezolana”8. En otro reporte posterior (junio de 2016), otra vocería de la patronal venezolana afirmó que se habían cerrado “el 70% de los comercios” en las localidades fronterizas venezolanas, con un saldo de 15.000 empleos perdidos9.
Las cifras reseñadas apenas permiten apreciar en apariencia el problema. Lo más grave y esencial del panorama superficialmente esbozado, es que los impactos más severos los padecen las clases trabajadoras (asalariadas y superexplotadas incluso en tiempos de bonanza macroeconómica10). El aparato industrial fronterizo se ha caracterizado por captar elevadas cotas de plusvalía, condicionadas por la situación de marginación y pobreza estructural de la población, y de la existencia y reproducción de un mega ejército de desempleados, que ha alcanzado una magnitud inestimable en el contexto de la recesión económica venezolana y el ascenso exponencial del flujo migratorio de ciudadanos de ese país, precisamente desde 2015 (Forero, 2020).
Además de las consecuencias para el tejido económico de las regiones fronterizas colombo-venezolanas, y de los efectos para la población ante la pérdida de empleos, el aumento de la informalidad y la pobreza, hay que señalar un impacto de carácter orgánico de esta crisis. Específicamente porque la misma ha determinado reconfiguraciones drásticas en las relaciones económicas fronterizas, porque las redes y flujos de ese mercado han experimentado mutaciones (variaciones sustantivas en sus escalas, sus formas y probablemente en sus agentes) pero siguieron en funcionamiento, con lo cual la racionalidad de la economía formal ha sido desplazada y ha perdido la hegemonía en relación con la economía informal.
Probablemente este es el impacto más devastador, porque además de socavar las garantías y la seguridad de los derechos de los agentes económicos (como se dijo, con mayores estragos sobre la clase trabajadora- asalariada- superexplotada), favorece las condiciones para que las economías ilegales puedan permear los flujos y las redes de producción e intercambio (con lo cual se fortalecen sus posiciones y aumentan sus cuotas de rentabilidad), e incluso puedan imponer sus designios -por medio de la fuerza y la coerción-, para así usurpar las funciones esenciales de los poderes estatales, lo que produce una desregulación absoluta de las actividades económicas, todo un caldo de cultivo para la legitimación de capitales y la expansión de industrias como el narcotráfico y su carga de violencia cruenta y erosión del tejido institucional.
3.2 Impactos políticos
Medir los impactos políticos es una tarea compleja, ya que los mismos tienen una naturaleza intersubjetiva. Sin embargo, en el presente apartado se cometerá la osadía de valorar algunas dimensiones de la política en las regiones fronterizas colombo-venezolanas (mediante una lista de cotejo que pretende identificar si han experimentado variaciones en el periodo objeto de análisis).
Precisamente uno de los impactos políticos más graves y globales de la nueva época de la crisis de la frontera colombo-venezolana, está relacionada con la recientemente referida erosión del tejido institucional, el cual se expresa en dos vertientes fundamentales. La primera, por la impotencia del poder estatal (del nacional e incluso del supranacional representado en múltiples agencias del sistema multilateral con presencia en las regiones fronterizas), para contener los estragos económicos, sociales y humanitarios que se han desencadenado en los últimos cinco años. La segunda, porque existen profundas divergencias entre la sociedad civil y las sociedades políticas (ambas en su acepción gramsciana) en la forma como se han gestionado las tensiones y los problemas.
Es un secreto a voces, (ignorado de manera intencional por parte de los gobiernos de Colombia y Venezuela), que en la población y los agentes sociales, económicos y políticos de las regiones fronterizas hay un consenso en torno a la necesidad de reestablecimiento de las relaciones diplomáticas y la apertura de la movilidad transfronteriza11, como primeras medidas políticas tendentes a mitigar los impactos económicos de esta nueva época de la crisis en la frontera colombo-venezolana.
A continuación se plantean otros impactos de naturaleza política, derivados de la crisis de la frontera colombo-venezolana:
- Escalamiento de las hostilidades binacionales hasta un punto de ruptura total de relaciones:
Los hitos de la nueva época de la crisis fronteriza colombo-venezolana han funcionado como catalizadores de las tensiones políticas entre los gobiernos de ambos países. En 2015, motivaron la imposición de medidas de excepción regionalizadas. En 2019, se avanzó hacia el denominado Cerco Diplomático de Colombia hacia Venezuela e incluso hacia la promoción explícita del derrocamiento forzoso del orden constitucional venezolano. En 2020, la pandemia ha sido instrumento político, primero porque el gobierno de Colombia decretó un nuevo cierre unilateral indefinido en condiciones distintas respecto a otros países vecinos (en un momento en el que paradojicamente Venezuela aún no registraba casos positivos de COVID-19)12, y segundo, porque el gobierno de Venezuela ha instaurado una narrativa oficial que tiende a estigmatizar, tanto a los migrantes en situación de retorno por su tránsito o interacción con Colombia13.
- Profundización del carácter geopolítico y transnacional del conflicto de la frontera colombo-venezolana:
La inédita presencia de altos funcionarios civiles y militares de los EE.UU., así como de presidentes de la región, ya es un hecho explícito que en la frontera colombo-venezolana hay una concentración de intereses geopolíticos. No es un hecho casual, que recientemente el gobierno de Colombia haya firmado un nuevo episodio de subordinación con Washington, para la implementación de un renovado Plan Colombia14. Mucho menos es fortuito, que el espacio geográfico que comprende a la frontera colombo-venezolana tenga una proyección como espacio de conflicto en foros internacionales gubernamentales, comunidades científicas y en la opinión pública global.
- Intensificación de la guerra de posiciones entre factores irregulares:
Tampoco es aleatorio, que se haya producido una especie de agudización de la violencia en las regiones fronterizas, por las disputas territoriales enmarcadas en el conflicto social, político y armado de Colombia, como se ha señalado de manera insistente, en una fase de internacionalización que ya abarca a la jurisdicción venezolana como un teatro de operaciones de ese conflicto (Forero, 2020).
- Instauración de Estados de excepción prolongados e indefinidos:
La nueva época de la crisis de la frontera colombo-venezolana ha sido el medio para que las localidades de los nodos fronterizos sean objeto de la implementación normalizada de medidas de excepción regionalizadas de manera indefinida por parte de los gobiernos de Colombia y Venezuela. Tal circunstancia ha socavado las garantías de derechos de la población, y ha creado una atmósfera de incertidumbre permanente para la ciudadanía.
- Deterioro de la situación de Derechos Humanos:
La frontera colombo-venezolana se ha convertido en un espacio de vulneración sistemática del Derecho Internacional de los Derechos Humanos, por parte de los Estados nacionales. La referida instauración de Estados de excepción, ha producido la profundización de la vulneración de Derechos Humanos de tercera y cuarta generación. Otro elemento crítico, tiene que ver con el hecho de que se ha establecido una lógica de segregación y estigmatización de la población migrante, tanto en discursos de las clases políticas, como en medios de comunicación. Por su parte la exacerbación del conflicto colombiano y su internacionalización (con gran énfasis en las regiones fronterizas), también ha derivado en violaciones del Derecho Internacional Humanitario, así como procesos victimización y revictimización de población vulnerable.
4. Breve relación de perspectivas para el corto plazo
- Los gobiernos de Iván Duque y Nicolás Maduro no tienen prevista en su agenda una reanudación de las relaciones diplomáticas, como prerrequisito para plantear la apertura de la movilidad transfronteriza. A pesar del rotundo fracaso, Bogotá persiste en su estrategia ¿? de cerco diplomático, con lo cual se han interrumpido los canales de diálogo. En los hechos, el cerco de Iván Duque no es al gobierno de Venezuela, sino a la población colombiana residente en ese país, así como a los pueblos de las regiones fronterizas.
- Las relaciones comerciales formales, están condicionadas por múltiples obstáculos, por tal motivo se prevé que se mantenga su estancamiento, mientras aumenta y se recompone de manera permanente el comercio informal, y de manera subterránea las economías ilegales siguen alimentándose de esta situación.
- Los poderes estatales han sido desbordados por los graves problemas de las regiones fronterizas, y parecen, en el mejor de los casos impotentes, ante la internacionalización del conflicto social, político y armado de Colombia, y particularmente, ante fenómenos como el de producción de cocaína en algunas subregiones. Ante tales situaciones, la única respuesta que se prevé desde Caracas y Bogotá, es la profundización de medidas de excepción, que menoscaban los derechos de la población y han demostrado ser estériles para contener esos flagelos.
- Amplios sectores de las sociedades política y civil de las regiones fronterizas, tenderán a converger en una agenda de presión política para la restauración de las relaciones políticas, comerciales y del Estado de derecho en general.
Referencias
- Ávila, A. (2012). La frontera caliente entre Colombia y Venezuela. Narcotráfico, Cartel de la gasolina, Corrupción, Paramilitarismo, Retaguardia de las guerrillas. Ediciones Arco Iris, Bogotá.
- Belandria, M. (2016). Frontera cerrada. Consecuencias y perspectivas. Aldea Mundo, vol. 21, núm. 42, 2016. Universidad de Los Andes, Venezuela. https://www.redalyc.org/jatsRepo/543/54351091008/html/index.html
- Cámara de Comercio de Cúcuta (2015). 6 meses de crisis con Venezuela. Observatorio Económico de la Cámara de Comercio de Cúcuta.
- Cámara de Comercio de Cúcuta (2019). 4 años de cierre de la frontera. Observatorio Económico e Infomediación. Cámara de Comercio de Cúcuta.
- Forero, J. (2020). Crisis en la frontera Colombo-Venezolana: derechos humanos, migraciones y conflicto geopolítico. Espiral, Revista De Geografías Y Ciencias Sociales, 2(3), 005-014. https://doi.org/10.15381/espiral.v2i3.18447
- Ortega, N. (2014). La economía de San Cristóbal: ícono de la sociedad rentista, guarimba y desigualdad social. Recuperado el 18 de septiembre de 2018. Disponible en: https://www.aporrea.org/regionales/a194992.html
- Ortega, N. (2016). Boletín de Estadística I Trimestre de 2016. Dirección de Planificación y Desarrollo de la Gobernación del Táchira.
- Fundación Progresar (2018): El Catatumbo entre la guerra, la coca y la pobreza. Recuperado el 07 de mayo de 2020. Disponible en: http://www.funprogresar.org/el-catatumbo-entre-la-guerra-la-coca-y-la-pobreza.html
- Ramírez, G. (2016). Dossier cartográfico de la frontera colombo-venezolana. División de Estadística de la Dirección de Planificación y Desarrollo. Gobernación del estado Táchira.
- Rangel, D. (2006): Los Andinos en el poder. Balance de la historia contemporánea 1899-1945. Vadell Hermanos Editores, Caracas.
Notas
1) Venezuela cierra su frontera con Colombia tras un ataque a militares https://elpais.com/internacional/2015/08/20/actualidad/1440046617_105035.html
2) Periodo en el que se forjó una región económica (transfronteriza y binacional), a partir de la producción a gran escala de café en la depresión del Táchira y del piedemonte de la cordillera oriental andina a la cadena global de valor de ese rubro, para lo cual se configuró un circuito económico que integró a esta región con el mercado mundial a través de la infraestructura y la plataforma de servicios financieras instauradas en la ciudad de Maracaibo a finales del siglo XIX.
3) “La batalla de los puentes”: tentativa de balance del 23F. Por: Jorge Forero. https://abpnoticias.org/index.php/revolucion-debate/4907-batalla-puentes-23-febrero
4) https://www.rcnradio.com/colombia/santanderes/camara-de-comercio-de-cucuta-pide-ayudas-para-empresarios-tras-cierre-de
5) Nodo concebido en este análisis como una región económica transfronteriza- binacional.
6) https://lanacionweb.com/regional/mas-de-3-mil-prosperos-comercios-han-sido-cerrados-en-san-antonio/
7) https://www.rcnradio.com/colombia/santanderes/camara-de-comercio-de-cucuta-pide-ayudas-para-empresarios-tras-cierre-de
8) https://efectococuyo.com/economia/empresarios-calculan-en-mas-de-4-millones-diarios-las-perdidas-por-cierre-fronterizo/
9) https://www.fedecamaras.org.ve/fedecamaras-denuncio-cierre-masivo-de-comercios-en-frontera-con-colombia/
10) Mientras el comercio binacional se aproximaba a los 8000 millones de dólares, se instauraban en las localidades fronterizas sistemas de producción bajo la modalidad de maquila, con el propósito de reducir costos por consumo de agua y energía, eludir las legislaciones laborales vigentes de los trabajadores (a través de la imposición de un régimen laboral tercerizado e informal), y por supuesto, evadir impuestos http://servicio.bc.uc.edu.ve/faces/revista/a3n9/3-9-10.pdf.
11) https://www.elespectador.com/noticias/economia/empresarios-piden-reactivar-comercio-de-la-frontera-entre-colombia-y-venezuela/
12) https://www.semana.com/nacion/articulo/duque-cierra-fronteras-con-venezuela-y-restringe-ingreso-de-extranjeros-desde-europa-y-asia/656795
13) https://correodelsur.com/mundo/20200711_maduro-dice-que-venezuela-sufre-el-ataque-del-virus-colombiano.html
14) https://www.elespectador.com/noticias/politica/colombia-crece-el-nuevo-plan-colombia-que-anuncio-ivan-duque-y-mision-trump/