Resumen
El Estado tiene entre las principales tareas, expandir su territorio y controlarlo; el mapa mundial conocido hasta hoy es un producto de esas acciones y seguro continuarán arrojando nuevas rayas en la geografia política del globo; en su proceso de formación, el Estado alista el territorio, instala su presencia y reglamenta la explotación y administración de los recursos; así ha cumplido como avanzada de la expansión del capitalismo en permanente demanda de nuevas espacialidades acondicionadas para sus intereses; con frecuencia se encuentran dos o más Estados pretendiendo un mismo territorio, situación que deriba en confrontaciones legales y armadas; por ello es dificil encontrar en el mapa unos límites que no sean producto de guerras para integrar o desintegrar territorios estatales: guerras que no son solo bélicas, también políticas, económicas, jurídicas, sociales.
Contenido
En el marco de los estudios sobre el territorio por fortuna tomó fuerza la idea de no investigarlo como objeto y al contrario asumirlo sujeto; así las cosas, el territorio no es solo el espacio, también su población y la manera en que lo construye; no es solo la distribución político administrativa que la maroyía de las veces no representa las realidades territoriales con graves consecuencias en la democracia. En el caso particular de las fronteras, también se llama la atención sobre el hecho de que esta no se reduce a una línea que traza el límite. Sin embargo, tal alarma no puede llevar al equivoco de subvalorar el papel del hecho político y militar que define el límite internacional. Este es un factor determinante en la vida de la población, así sea que en su vida cotidana no lo tenga permanentemente de presente aunque sí la conciencia de cruzar una raya o haber nacido en alguno de los dos lados.
La definición del límite internacional es un hecho político militar determinante para la vida en el territorio fronterizo; las relaciones estatales estarán marcadas por este hecho que se convierte en objeto de la política de Defensa y Seguridad de los Estados. Con consenso o sin él, los Estados delimitan con coordenadas geográficas los hitos o mojones que indican sus límites y aún hoy en el planeta entero persisten confictos por la delimitación; esos hitos están unidos por una línea comunmente llamada la raya y es a partir de esa línea continua que se extiende un territorio hacia ambos lados y se va diluyendo hasta dejarse de llamar frontera; esa línea es el hecho político militar que delimita soberanía, dejando claro un “adentro” y un “afuera”, asuntos internos y externos, legalidad, una nacionalidad; hace la diferencia entre un viajero y un migrante cuya sensación de seguridad puede estar a un paso de la raya.
Este marco es un referente para el análisis de las situaciones que suelen resumirse como “crisis en la frontera”. No es posible desechar un actor como el Estado en ese estudio por su omnipresencia, omnipotencia o por los déficit en ambos sentidos. En el caso del territorio fronterizo entre la República de Colombia y la República Bolivariana de Venezuela bien se pueden observar las contradicciones entre ambos Estados acentuadas durante los últimos 30 años. Cambios y diferencias en los modelos de desarrollo, su ubicación en la geopolítica del imperialismo y de manera particular, cambios en las necesidades espaciales tanto del neoliberalismo como del socialismo del siglo XXI, vinieron a aumentar la desconfianza, la hostilidad y el deterioro de las relaciones entre los Estados con un gran impacto en la comunidad fronteriza. Ambos se ven en téminos de una amenaza a su seguridad, estabilidad y unidad territorial. El deterioro de las relaciones ha llegado al punto de hoy, en el cual el presidente colombiano no reconoce al presidente venezolano y en cambio, a un presidente autoproclamado interino que cruzó la raya por una trocha, guiado por una banda paramilitar y por la seguridad de presidencia de Casa de Nariño.
Apenas comenzaba el mandato del presidente Hugo Chávez Frías, cuando la Constitución de la RBV promulgada en 1999, dijo en su “Artículo 14: La ley establecerá un régimen jurídico especial para aquellos territorios que por libre determinación de sus habitantes y con aceptación de la Asamblea Nacional, se incorporen al de la República.” Ante esta apertura constitucional de mover las rayas de la República, y no precisamente hacia adentro, en Colombia sectores oligarquicos prendieron las alarmas con las ideas expancionistas en el vecindario que pudieran afectar la nueva espacialidad capitalista, recostada precisamente en su costado oriental en una frontera de 2.219 kilometros con una alta influencia en el mar Caribe. El despliegue militar como respuesta a la amenaza es evidente en el fortalecimiento de las capacidades de armamento de artillería y caballería mecanizada en ambos lados de la línea durante estos años. Armamento no precisamente para confrontaciones internas que tuvieron un crecimiento importante en el marco del Plan Colombia iniciado justo en la coyuntura al final del siglo anterior.
Esto para resaltar que los cambios en los modelos de desarrollo y las diferencias radicales entre ellos, trajeron un nuevo alinderamiento internacional derivado de las diversas necesidades espaciales de diferentes bloques de poder a escala continental y planetaria; las diferentes filiaciones en un mundo multipolar ofrecen un carácter geopolítico al estudio de la frontera Colombia – Venezuela, particularmente en el marco de la disputa por la Cuenca del Caribe. Así aparecen ejes como Miami, Bogotá, Cúcuta, Madrid; Caracas, La Habana, Moscú, Pekín; Alianza Pacífico y Alba; CELAC y OEA. La amenaza castrochavista y el Israel de America Latina, son recursos discursivos presentes en el clima de desconfianza sobre la capacidad de incidencia de uno u otro modelo al otro lado del límite. Las necesidades espaciales de sus economías y los recursos allí instalados son identificadas en ambos lados de la raya como amenazas u oportunidades. Y eso puede causar en algún momento un desplazamiento de la línea hacia alguno de los lados.
En este ambiente hay una alta y permanente sensibilidad con cualquier acercamiento castrense a la raya, una invasión del espacio aéreo, una incursión por tierra o por agua allende de sus límites, cualquier incidente que sobrepase la línea por parte de uniformados estatales es un leño más; pequeñas diferencias son usadas para revivir los litigios limítrofes con los cuales saltan las voces que ambientan la guerra, mueven soldados y movilizan la opinión en defensa de la patria. Las diferencias en el modelo de desarrollo avivan las desconfianzas y trajeron la actualización de hipótesis de guerra con sus consecuentes despliegues militares de lado y lado. El modelo de desarrollo y su doctrina de defensa, definen cuatro tipos de políticas públicas que son claramente actuaciones de Estado en la frontera: Políticas Fronterizas de Defensa Económica; Políticas Fronterizas de Defensa Política (Interior y Exterior); Políticas Fronterizas de Defensa Social; Políticas Públicas Fronterizas de Defensa Militar.
Por solo mencionar otro ejemplo del punto de deterioro de estas relaciones se expresa en la economía y de manera particular, el intercambio comercial que en algún momento los convirtió en sus destinos principales; en el caso de las exportaciones de Colombia hacia Venezuela: en 2020 sumaron solo 176 millones de dólares mientras a Ecuador representaron 1.327 millones de dólares. Ahora bien: esto no significa que no fluya la economía capitalista: de hecho su modalidad más visible es la acumulación por despojo y allí se expresa en la violencia de la economía ilegal; las diferencias en los modelos de desarrollo propician estas economias, esta vez, en desfavor de la RPV porque la desangra financieramente al subsidiar su población pero dichos beneficios son importados ilegalmente a Colombia; el contrabando de gasolina y alimentos adquiridas a un valor subsidiado y vendida a solo metros de la raya, es un negocio redondo que impacta económica y políticamente la frontera; en este marco se afecta la soberanía sobre la moneda nacional y trae consecuencias en la estabilidad financiera del Estado y así es dificil no encontrar los rasgos de la guerra económica.
Está claro que la frontera espacial y territorialmente hablando es mucho mas que la línea; cualquier reflexión o intervención sobre el territorio fronterizo, supera el límite internacional como su objeto con las anotaciones aquí expuestas; en el caso de la institucionalidad, las leyes vigentes y los proyectos de ley de fronteras archivados en el legislativo de ambos países, define la frontera con la jurisdicción de los municipios, los estados y los departamentos ajustados al límite internacional reconocido, aunque discutido, por los Estados: 41 municipios del lado colombiano y 21 del lado venezolano; siete departamentos en Colombia y cuatro estados fronterizos de Venezuela. Allí se encuentran unas comunidades fronterizas que habitan un aquí (regional, subregional y local) en ambos lados de la raya con multiples expresiones propias de su relación con el límite internacional. Millones de personas están poblando este territorio fronterizo: si sumamos la población de los siete departamentos y los cuatro estados encontramos cerca de 11 millones de personas que puede alcanzar la zona de influencia de la raya.
El poblamiento del territorio fronterizo va de la mano con la diversidad geográfica en el recorrido de la línea, marca claramente una diversidad cultural y étnica con presencia de lado y lado. Donde el territorio es más extenso, menos población se encuentra. El 45% de la población se encuentra en los municipios de Zulia, La Guajira y Cesar en 403 km. (Incluidos dos municipios de Zulia que limitan con Norte de Santander y suman solo 67.535 habitantes); comparten la Serranía del Perijá y el desierto de La Guajira. El 36% de la población se encuentra en los municipios de Táchira y Norte de Santander en 421 km. Aunque comparten selva y rios, la particularidad es que se trata de la zona conurbada. Y el 18% de la población se encuentra en los municipios de Apure, Amazonas, Boyacá, Arauca, Vichada y Guainía en 1.395 km. Caracterizada por la presencia de grandes ríos y selva.
El estudio del territorio fronterizo en la perspectiva histórica, incluye el proceso de definición del límite internacional, los criterios de delimitación, las coyunturas en las cuales se presentaron y los conflictos que aún persisten por la incoformidad, generalmente asociada a zonas con grades recursos o posibilidades de crecimiento económico. De alguna manera se trata de la historia de los mapas, de la geografía de un límite que se desplaza hacia todos los puntos cardinales, dejando huella histórica de los acontecimientos políticos internos de lado y lado y de sus interrelaciones; y que se expresan tanto en la delimitación de la línea internacional, como en las relaciones que en adelante tendrán. Desde la colonia, pasando por la Independencia, hasta hoy, la movilidad de la línea demuestra que todo contenedor es transitorio por muy larga duración que tenga y ello responde a diversos hechos políticos y decisiones de los Estados. Los mismos que amenazó el neoliberalismo pero como muestra de sus contradicciones y su fracaso, allí están los límites entre Estados con una pertinencia increible para ser estudiados y con un afán de ser intervenidos en favor del buen vivir de las comunidades froterizas.
Fredy Escobar Moncada es Trabajador Social y Magister en Ciencia Política de la Universidad de Antioquia.